Hoy en peticiones del/la lector@ (si, si, hay personitas y me piden que escriba de algunos temas, quien me lo iba a decir). Me gustaría enlazar a dos mujeres que hay en mi vida; una desde hace mucho tiempo y la otra reciente, es la hermana pequeña que tod@s querríamos tener.
Una quiere que escriba acerca de la paciencia y el tiempo…, no sé si para ella, para mí, o quizás para las dos. Algo difícil ya que, servidora, en absoluto domina una, y es imposible poder controlar el otro. ¡Cielo, me lo has puesto complicado…!
Por su parte, la otra quiere verse reflejada en el momento actual, algo que ella y yo compartimos; cada una a su modo y perspectiva. Quizás, para entender que algo efímero puede producir una gran emoción: que ambas entendamos la moraleja del cuento. Para sentirnos mejor con lo que tenemos; sobre todo con lo que sentimos. Empresa igualmente complicada, porque a veces no entiendes las moralejas, ni el por qué de muchas cosas.
Dos personas, dos realidades algo dispares; una muy cerquita de mí, la otra en la tierra del “arte y el poderío” (con permiso de Pepe, que no comparte mi geográfica opinión), y su único nexo de unión, es una loca, que escribe porque ha descubierto las bondades de desgajar su alma, en aras de la paz mental.
Hoy es día, de tener empatía con quién lo pasa mal por lo que acontece en su vida, por hacer el segundo capítulo de la ira más irracional, cuando ves a las personas que aprecias; buena gente, sufre y no entiendes, quien reparte los papeles. Tampoco por qué algun@s cabron@s andan tan campantes, cuando debían llevarse todas las papeletas, eso llamado “justicia divina”, en vez de andar reptando por el mundo jodiendo a los demás.
Día de ir al cajón de la cocina y hacer sobredosis de chocolate. De entrar en Internet y ver si hay una realidad mejor que la que tienes en una mañana de domingo; de hacer un agujero pequeño o pasar directamente por Johannesburgo… simplemente, “al cuerpo, lo que pida” (gracias, mi Lolis: sabia, tenaz y con una frase para cada ocasión).
Luego de ascender, vuelves al mundo 150 gramos más gorda, porque el chocolate es mi compañero de hoy (preferiría un cigarrito, pero la vuelta a Madrid, lo prohibe), y entiendes que los cabron@s, hoy no están sueltos por aquí; ni siquiera han venido o se los espera; que hay cosas que están destinadas a terminar, aunque no es eso lo que quieras oír, ni experimentar.
¡Mi pequeña hermana! Tu realidad es la mía, pero hoy he decidido que no haya damnificados, ni buenos, ni malos; son cosas que pasan. Llevamos sombras a cuestas; son el mejor alimento para la timidez, el miedo y la cobardía. Para no expresarse, o simplemente aplicar un mínimo de cordura.
Tú y yo sabemos lo que pensamos, creo que ambas por igual; mas… ignoramos qué piensan los demás ¿No es así?
¡Queridas amigas, querida Cris! La única medicina para todo, es el tiempo. Ese que ansiamos vuele cuando estamos mal y que se detenga, cuando lo vivido es único e irrepetible.
Solo nos queda aceptarlo, dejar ese tiempo avanzar como le apetezca y abandonarnos, fluir con él; que cada segundo barra la incomprensión, la irascibilidad que se nos ha acomodado sin permiso previo; se lleve todo lo malo con él.
Por su parte, la paciencia es algo que debemos aplicar en cantidades ingentes, precisamente cuando el tiempo hace de las suyas, y su velocidad no se ajusta a nuestros deseos. Plantaremos esa semilla, le pediremos que la germine; florecerá haciéndonos sentir renovadas y completas.
Esto es algo loco, quién no conozca, pensará que ya se me ha ido un fusible… Nos lo podemos aplicar todos, pero hoy vais a permitirme que cada palabra sea para la pequeña sister I… y para mi querida C… Creo que la misión está cumplida…
Porque nosotras lo valemos…. ¡Con cariño para las dos!
I,m every woman,
it’s all in me,
Chaka Khan